jueves, 20 de enero de 2011

OXÓSSI




OXÓSSI

Los orixa En una visión antropológica los orixás son vibraciones de energía, cada uno en una franja propia, con las cuales los seres humanos se identifican, lo que justifica la existencia de hijos “” de diferentes orixás. En una visión teológica, los orixás son divinidades respetadas y adoradas por su hijos, que con ellos entrarían en contacto a través de diferentes rituales diseminados en la cultura tribal africana y que en Brasil están agrupados bajo el rótulo de una religión: el Candomblé y la Umbanda. Los mitos y leyendas manifestaban gran vitalidad, envolviendo personalidades extrovertidas como Exú. Esa ansia por el movimiento y por la expansión llevaba a un gran número de guerreros, como Ogum, Iansã y Obá.. Aún en tiempos de paz, los personajes no envueltos con las guerras continuaban a tener una sociedad con un núcleo estable, vuelta tanto para las tareas femeninas tradicionales (Yemanjá y Oxum la esposa y la amante, la reproductora y la que concede placer) como para el ejercicio del poder y de la autoridad (Xangô y Oxalá). En ese sentido, dos orixás iorubás huyen de la tradición básica: el mago Ossain, el solitario señor de las hojas y Oxóssi , el cazador. Ambos son hermanos de Ogum en la mayor parte de las leyendas y poseen el gusto por el individualismo y el ambiente que habitan: la floresta virgen, las tierras verdes no cultivadas. La floresta es la tierra del peligro, el mundo desconocido además del límite establecido por la civilización iorubana, es lo que está además del fin de la aldea. En ella el hombre no tiene la protección de la organización social, del mayor número de personas. Los caminos no son trazados por las cabañas, pero sí por los árboles, el mato invade las trillas no utilizadas, los animales están sueltos y pueden atacar libremente. Es el territorio del miedo.
Oxóssi es el orixá masculino iorubá responsable por la fundamental actividad de la caza. por eso, en África es también adorado como Odé , que significa cazador. Es tradicionalmente asociado a la Luna y, así pues la noche, mejor momento para la caza. Tiene en común con su hermano Ogum (dicen las leyendas que son hermanos inseparables, siendo dentro del mundo iorubá el amor de hermano más fuerte que existe) la utilización de la floresta, pero mientras el señor de la guerra recorre las matas en las luchas militares, Oxóssi y Ossain hacen en la floresta el propio fin.Mientras Ogum recorre a mata para abrir caminos y ampliar el territorio a través de las guerras, Ossain se esconde en ella para estudiar las hojas y Oxóssi para capturar animales.
Ogum modifica la floresta, mientras Oxóssi y Ossain se identifica con ella y con ella se mezclan. En la umbanda recibe el título de rey de las matas, siendo a él consagrada el color verde. Tanto en la Umbanda como en las naciones del Candomblé, es figura próxima de Ogum, por tener con él ciertas afinidades de comportamiento y porque en las danzas ceremoniales del candomblé es el segundo orixá a aparecer, procedido sólo Exú y por el desbravador Ogum.
Oxóssi es un orixá que vive al aire libre y está siempre lejos de un hogar organizado y estable. Al mismo tiempo por ser protector de los cazadores y por convivir con los animales es también tenido como protector de los animales. Protege tanto lo que mata el animal como el propio animal, ya que es un fin noble la muerte de un ser para servir de alimento para otro.
Por eso Oxóssi nunca aprueba la matanza pura y simple. Su responsabilidad principal con relación al mundo es garantizar la vida de los animales para que pueda ser cazados. En algunos ramos del candomblé también atribuye a él el poder sobre las cosechas, ya que la agricultura fue introducida históricamente después de la caza como medio de subsistencia. Oxóssi es bastante adorado en Brasil pero prácticamente olvidado en África.La hipótesis de los historiadores es que Oxóssi fue adorado básicamente en el Ketu, donde llegó a recibir título de rey. Esa nación sin embargo, fue prácticamente destruida el siglo 19 por las tropas del entonces rey del Daomé. Ya en Brasil es grande el prestigio y fuerza popular, además de un gran número de hijos. Sus símbolos son conectados a la caza: posee uno o dos chifres de búfalo colgados en la cintura. En la mano usa el Erukerê, pelo de cola de buey, prendidos en una vaina de cuero adornada con búzios. El mito del cazador explica su grande y rápida aceptación en Brasil, pues se identifica con diversos conceptos de indios brasileños. En algunos cultos esa relación es tan prójima que Oxóssi no es tenido como un negro pero si, como un indio. Su objeto básico es el arco y la flecha, el Ofá y el Damatá.
Su número ritualístico es el cuatro, por ser cuatro las calidades de Oxóssi difundidas en Brasil. A él estuvieron conectados algunos orixás femeninos, pero el gran destaque fue para Oxum, con quien tuvo un romance y de ese nació su hijo LogunEdé.El Arquetipo de sus hijos El hijo de Oxóssi presenta arquétipicamente las características atribuidas del Orixá. Imponiendo siempre su marca por el mundo salvaje, en él intervenido para sobrevivir, pero sin alterarlo.Son personas independientes y de extrema capacidad de ruptura, el alejarse de casa y de la aldea para esconderse en la mata a fin de cazar.
Sus hijos poseen un grave concepto de ruptura e independencia. La soledad como placer viene de su interés por actividades que exijan concentración y silencio. Son personas que tiene el gusto por el quedarse callado y desarrollar la observación,. Generalmente Oxóssi es asociado a las personas joviales, rápidas y despiertas, tanto mental como físicamente.Tiene gran capacidad de concentración y de atención, aliada a la firme determinación de alcanzar sus objetivos y paciencia para aguardar el momento correcto para actuar. Los hijos de Oxóssi, por lo tanto, no les gusta hacer juicios sobre los otros, respetando como sagrado el espacio individual de cada uno.
Recogen trabajos y funciones que puedan ser desempeñadas de manera independiente, sin la ayuda ni la participación de mucha gente, no gustando del trabajo en equipo. Al mismo tiempo, es marcado por un fuerte sentido de deber y responsabilidad, pues es sobre él que cae el peso de sostén de la tribu. Son personas capaces de asumir grandes responsabilidades y de organizar y lidiar, sabiendo liderar fácilmente grandes grupos. Los hijos de Oxóssi no comparten con los de Ogum el gusto por la camaradería, por la conversación que ya no termina, por las reuniones ruidosas y típicamente alegres, factor que puede ser radicalmente modificado por su segundo orixá (el ajuntó). No son personas típicamente extrovertidas, gustando de vivir solas, prefiriendo recibir grupos limitados de amigos, como el cazador que de tarde en tarde, comparte con otro cazador su almuerzo, intercambia historias e informaciones, pero después sigue cazando solo.

Aún siendo un buen observador del comportamiento humano – pudiendo anticipar actitudes y descubrir lo que hay de lúdico y repetitivo en el modo de cada uno comportarse – el hijo de Oxóssi tiene poca paciencia con las sutilezas de la diplomacia. Se cansa fácilmente de las personas, de sus necesidades complejas, que él podrá identificar como caprichos. No acepta que ni todos tengan el aspecto simplista y austero de la vida. Físicamente, son personas relativamente flacas, menos musculosas que los guerreros hijos de Ogum o encorpados como los hijos de Xangô. Tienden a ser personas nerviosas, más poseedores de aquel tipo de tensión represada, mantenida con cierta dificultad, hasta que explota una única vez, alcanzando el adversario al punto más débil, que había sido pacientemente visualizado en el proceso de preparación del bote. Poseen manos delgadas, finas y extremadamente expresivas. Sus ojos son vivos y atentos, sus pasos extremadamente leves, como del cazador que no quiere provocar ruido. Su movimentación tiene cierta gracia y leveza, en una armonías advenida de la economía de los movimientos. Pueden sin embargo, ser más presumidos y requintados en circunstancias específicas, como fiestas o acontecimientos sociales en general, como si el cazador pudiera ser rudo al trabajar en la mata, pero exigiera ser reconocido como alguien de destaque en los raros momentos que pasaba en la sociedadEl Culto al Orixá El día de Oxóssi es el jueves, día igualmente consagrado la otras divinidades de la floresta. Suele ser sincretizado con São Jorge en Bahia y São Sebastião en Río de Janeiro. Los hijos de son extremadamente rígidos, exigentes en el cumplimiento fiel de las obligaciones del santo y castiga aquellos que faltan con la palabra y los devotos que se olvidan de las ceremonias. Su relación con los iniciados, por lo tanto, sigue el patrón de austeridad e inflexibilidad que marcan todo su arquetipo y sus leyendas. Su danza en una fiesta litúrgica repite la gesticulación de una persona en la cacería, pues los hijos del orixá, cuando incorporados, parecen, aún en el terreno, estar cautelosamente a la acecha de un animal, escudriñando el suelo en búsqueda de rastros de animales, se mueven sin hacer barullo, retesam el arco y tiran la flecha. Su única expansión es el grito de alegría cuando el blanco es alcanzado – lo que místicamente siempre acontece, pues la puntería de Oxóssi es perfecta. Cuatro es lo numero sagrado de este Orixá. Cuatro son las calidades conocidas de Oxóssi: Odé, Oxóssi que se acabó haciendo el nombre principal de los cuatro tipos: Otin, el compañero que va por las matas al lado de Ogum, usa sólo la lanza, y no el arco y la flecha, y viste sólo ropas azules, y Inlé o Iboalama, el único Oxóssi a vestirse sólo con cuero, que usa un látigo hecho también de tiras de cuero, llamado Bitalá. Inlé fue casado con Oxum Pandá, y es padre del Orixá Logunedé. A Oxóssi son consagradas todas las cazas, siendo muchos los animales que le pueden ser sacrificados. A él también son consagradas algunas plantas, como el carrapicho, que suelen agarrar por los de los animales y en las ropas de las personas que pasan por ellos. Los sacrificios más conocidos son el chivo, el cerdo y el gallo. Las comidas ceremoniales de Oxóssi son la judía-negro, inhame, judía-fradinho tostado y el axoxô (maíz amarillo mezclado con coco raspado). Su saludo es Okê Arô!!!
Ricardo de Oxala